Back-up de textos de Germán Navas

Espacio que utilizo para mantener a salvo todo lo que escribo: cuentos, notas periodísticas, poesías, letras de canciones, fórmulas, historietas y recetas de cocina. Seguramente sea mi espacio más íntimo en la Web, por eso te pido discreción.

miércoles, diciembre 27, 2006

Carta de despedida de una mostaza

Soy mostaza. Me encuentro untado en un sándwich de pan lactal junto a dos olorosas fetas de salame y una de queso, y estoy a punto de ser devorado por un impúber estudiante de trece años.

Siento que la vida, tan injusta como la injusticia misma, me condenó a acabar de esta cruel forma. Antes de ser masticado, quisiera agradecer a todos los aderezos por su constante e incondicional apoyo, con excepción de la obstinada salsa golf, con quien siempre supe tener enormes diferencias de pensamiento. Gracias, también, al aceite de oliva pues cuando lo necesité, allí estuvo tendiéndome una mano. Y también a mis amigos, los pickles, infalibles compañeros de hazañas y travesuras. Imposible dejar de mencionar a los sachets de muestra gratis, quienes a pesar de su corta vida siempre oyeron muy atentamente mis más sinceros consejos y me hicieron sentir un aderezo valioso. No quiero dejar de mencionar ningún otro condimento, por ello espero no estar olvidándome de nadie. Gracias a todos, nuevamente, y nos veremos en otra vida. No tengo mucho más para decir. Adiós.

domingo, diciembre 17, 2006

Dos ejercicios de taller literario

Transcribiré dos ejercicios típicos de taller literario consistentes en la redacción de un texto cuyas palabras vayan comenzando con letras contiguas en el diccionario. La primer palabra puede empezar con cualquier letra. También deberá tenerse en cuenta que luego de la zeta, debe continuarse -lógicamente- con la "a". Se exceptúa la utilización de las letras "k", "x" y "w".

"Matarás navegantes ostentosos por querer recontra salvarlos. Tomarás un velero y zarparás. Antes, beberás con delicadeza este fernet. Gracias, hijo. Intenta jurarme lealtad."

"Inhalé jodidas líneas mortales. No originaré pensamientos que regeneren -sobre todo- un veloz y zarpado antídoto. Buscaré comprender dragones, estalactitas, favaloros, garfields húngaros..."

Cuento: "Geriátricos del futuro"

Me encuentro reposado en un cómodo sillón de mi casa imaginando cómo serán los geriátricos en el futuro. Antes que nada, tendríamos que convenir –mis respetados lectores- acerca de cuál sería la fecha estimativa en que comienza el futuro, porque cuando era pequeño recuerdo que solía pensar que el mismo comenzaría en el año dos mil, y que en nuestros hogares tendríamos robots, los autos volarían y los objetos se podrían teletransportar a la velocidad de la luz. En definitiva, a partir de determinados cálculos y fórmulas botánicas, tecnológicas y deportivas -sobre las cuales no veo que tenga mucho sentido que me tome el trabajo de explicarle, ilustrado lector, pues Ud. jamás lo entendería- llegué a la conclusión de que el futuro empezará exactamente en el año dos mil ciento treinta y siete.
Retomando la idea de los geriátricos del futuro, o sea, a partir de dos mil ciento treinta y siete, sospecho que los mismos van a agrupar a los ancianos por oficio. En efecto, contaremos con centros geriátricos de bomberos, donde solamente podrán internarse y convivir personas que hayan revestido dicha condición laboral a lo largo de su vida; como así también, sobrevendrán aquellos que reciban únicamente psicólogos, abogados, maestras jardineras, taxistas, mecanógrafos, etc. Sin embargo, me atrevería a arriesgar que los capitanes de barco y los analistas de sistemas serán congregados y mezclados dentro de mismos asilos, como así también los bailarines con los árbitros de fútbol, y los ajedrecistas con los toreros.
No puedo establecer con precisión a dónde quiero llegar con semejante torrente de pensamiento. Tampoco creo que mi intención sea arribar con firmeza a alguna conclusión en particular; tan sólo estoy permitiéndome llevar a cabo un acto tan simple y llano como lo es imaginar el futuro, y créanme –incrédulos lectores- que dentro de mí continúo proyectando geniales acontecimientos de diversa índole, los cuales me resultan sumamente ocurrentes y, por más que lo intente, les juro que no puedo contener la risotada. En estas condiciones, resulta más que evidente que no puedo permitirme continuar escribiendo. Sepan excusarme, de veras.

lunes, diciembre 11, 2006

Cuento: "Diálogo con mi perro Nerón"

Cierta mañana, me encontraba cortando el pasto del jardín de casa, a pleno rayo de sol. Y no lo hacía porque me relamiera cortar la hierba, sino más bien, como consecuencia de la amenaza impetrada por mi madre, quien alegaba que si yo no daba –en forma inmediata- un uso apropiado a nuestra bordeadora sobre los altos pastizales, debía abandonar inexorablemente el lecho que nos une. Claro, que ella me lo señaló en términos menos refinados: “¿Podés dejar de rascarte los huevos, agarrar la bordeadora y hacer algo por la casa, grandote al pedo? ¡O agarrás tus cosas y te vas bien a la mierda!”Al finalizar la poda, quedé extenuado. Me quité la remera, y con ella limpié cada una de las gotas de sudor que escurrían a través de mi cuerpo peludo. Tras quitarme la humedad del rostro, reparé un instante en frotarme los ojos, y al abrirlos, pude ver a mi perro Nerón sentado frente a mí, mirándome fijamente. Le dije –como quien dice al pasar-: “¿Qué mirás, Nerón?” -a lo que él respondió-: “¿Qué mirás vos, gilastrún?”. En aquel instante especulé con que aquello pudo haber sido una simple alucinación, producto de la insolación. Sin embargo, me atreví a replicarle: “¿Me hablaste a mí, Nerón?”, y la respuesta no tardó en llegar: “No, le hablé a la vecina de enfrente”. Me fastidió que me burlara, pero la ansiedad por iniciar una conversación con él era aún mayor. Sentí quedarme sin palabras. Reflexioné: ¿Qué podría preguntarle a mi perro ahora que sé que pude hablar? Ciertamente, nunca lo había pensado. De modo que decidí iniciar una sana conversación hablando del tiempo, como hace todo el mundo cuando no tiene de qué hablar: “¿Hace calor, no?” –me atreví a disparar. “Decímelo a mí, que tengo un manto de pelo equivalente a dos frazadas de felpa”. Quizás la pregunta no había sido de lo más atinado. Probé nuevamente, apelando a sus sentimientos: “¿Me querés, Nerón?”. Aquella pregunta lo ablandó, y así fue, entonces, como comenzó un diálogo sublime, en el que discutimos de numerosos temas, tales como la situación actual del país, el avance de la informática en la última década, los piqueteros, sus deseos sexuales reprimidos, su pasión por el jazz, su intención de leer textos de filosofía antigua y sus ansias de conocer otros rincones del mundo. Esto último me inquietó de sobremanera, pues estaba intentando decirme –de algún modo- que quería irse de casa.
Ya transcurrieron siete años, un mes y once días desde que nuestro ovejero dejó su cucha. Nunca más supe de él. Si bien es cierto que siempre respeté su decisión, debo confesar que lo extraño como nunca extrañé a nadie ni a nada en el mundo. Y cada mañana, al despertar, corro desesperadamente al fondo de casa, anhelando verlo revolotear entre las tibias sombras de nuestra parra.
Jamás podré olvidar aquel día y aquella conversación con mi perro Nerón.

viernes, diciembre 08, 2006

Reportaje a Fabián Cubero

Buenos Aires, 08 de Diciembre de 2006. HDP.-
Por la tarde de ayer, luego del entrenamiento del equipo Velez Sarfield, tuvimos la chance de entrevistar al mediocampista Fabián Cubero, quien muy amablemente nos concedió la siguiente nota:
- ¿Cómo pensás que tu relación sentimental con la modelo Nicole Neumann influyó en tu carrera como futbolista?
- Creo que el equipo hizo un buen partido, y nos llevamos una victoria importantísima que nos mantiene con chances para pelear la punta.
- ¿En algún momento te sentiste invadido –en tu vida privada- por la prensa “amarilla”?
- Al principio, me moví de la mitad de cancha hacia delante, tal como me pidió el técnico, y cuando el equipo rival se quedó con diez jugadores, me incliné hacia la izquierda y terminé jugando como mediapunta.
- ¿Es cierto que la relación con Nicole está terminada?
- Pienso que todos hablan de la violencia en el fútbol sin ponerse en lugar nuestro, que es el lugar de los protagonistas, que domingo a domingo tenemos que alimentar este negocio que es el fútbol.
- ¿Cómo pasó a ser la relación con tus compañeros y con el cuerpo técnico de Vélez tras haber salido a la luz tu affair amoroso?
Lo importante es que el equipo mantenga la actitud con la que viene jugando desde hace cuatro partidos, y sin duda que vamos a llegar muy alto.

viernes, diciembre 01, 2006

Receta: Postre a base de miel y maní

Postre a base de miel y maní.
Ingredientes: Miel y maní.
Preparación: Mezclamos en un tarro la miel con el maní hasta obtener una sustancia monoforme.
Tiempo de preparación: Entre dos minutos y siete horas, según las cualidades revolvísticas de quien lo prepare.
Presentación: “Mucho gusto. Me llamo Germán Navas, y este es mi blog”
Forma de ser comido: De a cucharaditas, procurando recoger entre la miel al menos dos (2) maníes por cucharadita.
Calorías: 2000 megabytes.
Efectos secundarios: Usted podría tener fantasías sexuales con su lavarropas.
Contraindicaciones: No debería ingerir el postre si la noche anterior soñó con un caballo deforme llamado Lalo. Ello podría ocasionarle nuevas alucinaciones, e incluso la muerte.