Back-up de textos de Germán Navas

Espacio que utilizo para mantener a salvo todo lo que escribo: cuentos, notas periodísticas, poesías, letras de canciones, fórmulas, historietas y recetas de cocina. Seguramente sea mi espacio más íntimo en la Web, por eso te pido discreción.

martes, julio 31, 2018

El hombre oscuro


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El hombre oscuro camina inmutable a mi acecho. Rumea pasos amenazantes que se van hundiendo en la depresión de la noche. Es tarde, hace frío, es la hora del hombre oscuro. A medida que avanza de frente a mí, su silueta se vuelve más enorme y su piel más umbrosa. Tic tac. La calle inhóspita, viene a mi encuentro, avanza como una torre negra en un tablero de ajedrez. Tic tac. El eco de su pisada reverberante sella los latidos de mi cuenta regresiva. Tic tac.
Toco disimuladamente mi billetera. Repaso cuánto dinero llevo. Intento recordar si traje los documentos conmigo. Ya no hay tiempo para llamar a la policía. Eso podría enfurecerlo, y no hay cosa peor que un hombre oscuro furioso. Tic tac. De nada serviría intentar escapar: los hombres oscuros suelen ser más rápidos que uno.
Comienzo a morder su sombra amplificada, el encuentro es inminente. Tic tac. Entregado, aguardo su jaque mate. Puede llevarse mis pertenencias, pero que no me haga daño. Tic tac. Tengo una hija, señor. Una hija, una esposa y un perro. Tic tac.
Ya enfrentados, alcanzo a distinguir sus facciones: rostro temeroso, mirada esquiva. Un sonido imperceptible se produce por el rechinar de sus dientes. Tic tac. Y eludiéndome, cruza precipitadamente de vereda y echa a correr.
Me quedo detenido y lo último que consigo es reparar en sus piernas, tic tac, que tiemblan de espanto. Tiemblan, despavoridas, huyendo de la amenaza de ese hombre oscuro que yo soy.