Lucas Ghi, el distinto
Hoy lo recordaba en una de las sesiones del HCD de este año (si no me traiciona la memoria fue en la que se interpeló al ejecutivo municipal por los despidos), lo recordaba específicamente cuando en un momento hizo uso de la palabra. Lo recordaba hablando con claridad, convicción, fijando postura, acerca de la Ley 14.807 (puede que le esté pifiando a algún numerito, no viene al caso), y lo escuchaba, y el tipo hablaba, hablaba sin leer (debería ser una obviedad, pero los concejales oficialistas leían todos, con excepción de la presidenta de su bloque). Y yo lo escuchaba, y nadie le daba bola, y el tipo estaba haciendo una defensa fascinante. Se metió con el art. 70 de no me acuerdo qué corno (menos aún viene al caso), y no paraba de argumentar. Era emocionante, les juro, no sé de dónde sacaba todas esas palabras, que le fluían con una naturalidad, simple, única.
Y ahí nomás se empezó a meter en terreno jurídico. Presté aún más atención. Combinaba léxico técnico con una pisca de ironía, siempre con sutileza, sin perder la naturalidad. Habló de los efectos de la derogación (por parte de Vidal) de un artículo específico, citó más leyes, más artículos… y nadie en el recinto le daba bola. Y, reitero, era fascinante todo lo que decía. Y en ese momento yo pensaba: “El tipo está haciendo un alegato” (en el sentido jurídico de la palabra).
Yo llevo 10 años de abogado, y un poco más aún de profesión, y llevo visto centenas de alegatos de abogados en audiencias, pero en la puta vida vi un alegato con la calidad de lo que estaba representando Lucas en aquel momento, se los recontra juro.
Y ahí nomás, ratifiqué la idea de que el tipo era distinto a todos y a todo. ¿Viste cuando hay un distinto en un grupo, un virtuoso natural?
Ese era él. Y ahí estaba, sentadito, y yo dejé de tomar nota y me dediqué a escucharlo. Y pensaba: “El HCD le queda chico, la puta que lo parió”. Y miraba a mi alrededor, y meta hacerse caritas Zapulla con Faravelli, y meta mirar al techo todo el mundo, o hablar con el de al lado, o mandar mensajitos, o pensar en el acto del colegio de sus hijos, o lo que sea que muchos estarían pensando.
Hoy me acordaba de ese episodio (que nunca se lo había comentado a nadie, lo tenía como un mero recuerdo) y ahora me llega al celular un mensajito que dice que se toma licencia en el HCD y que se va a trabajar a una fundación (debe ser un enorme desafío que agarra, no tengo duda) y a integrar el equipo de Macha en el Senado provincial. Y te digo que me pongo contento por él. Pero me pongo contento como me puse contento cuando Riquelme se nos fue para jugar en el Villarreal. Como me puse contento cuando mi amigo Carlos tuvo que regalar a su perro enorme porque no le entraba en su departamento. O como cuando mi amigo Pierre me contó que se volvía a vivir a Francia porque consiguió el laburo de su vida.
Me quería poner a escribir una nota para publicar en MORÓN PARA ARMAR, pero no pude y me salió esto.
No va a ser lo mismo ir a hacer prensa al Concejo y que el tipo no esté sentado en su banca. No tengo duda que esa banca va a ser ocupada por cuadrazos políticos. No tengo ni una duda, eh. Pero a él… cómo lo voy a extrañar…
Cómo voy a extrañar al distinto, la puta que lo parió.
Y ahí nomás se empezó a meter en terreno jurídico. Presté aún más atención. Combinaba léxico técnico con una pisca de ironía, siempre con sutileza, sin perder la naturalidad. Habló de los efectos de la derogación (por parte de Vidal) de un artículo específico, citó más leyes, más artículos… y nadie en el recinto le daba bola. Y, reitero, era fascinante todo lo que decía. Y en ese momento yo pensaba: “El tipo está haciendo un alegato” (en el sentido jurídico de la palabra).
Yo llevo 10 años de abogado, y un poco más aún de profesión, y llevo visto centenas de alegatos de abogados en audiencias, pero en la puta vida vi un alegato con la calidad de lo que estaba representando Lucas en aquel momento, se los recontra juro.
Y ahí nomás, ratifiqué la idea de que el tipo era distinto a todos y a todo. ¿Viste cuando hay un distinto en un grupo, un virtuoso natural?
Ese era él. Y ahí estaba, sentadito, y yo dejé de tomar nota y me dediqué a escucharlo. Y pensaba: “El HCD le queda chico, la puta que lo parió”. Y miraba a mi alrededor, y meta hacerse caritas Zapulla con Faravelli, y meta mirar al techo todo el mundo, o hablar con el de al lado, o mandar mensajitos, o pensar en el acto del colegio de sus hijos, o lo que sea que muchos estarían pensando.
Hoy me acordaba de ese episodio (que nunca se lo había comentado a nadie, lo tenía como un mero recuerdo) y ahora me llega al celular un mensajito que dice que se toma licencia en el HCD y que se va a trabajar a una fundación (debe ser un enorme desafío que agarra, no tengo duda) y a integrar el equipo de Macha en el Senado provincial. Y te digo que me pongo contento por él. Pero me pongo contento como me puse contento cuando Riquelme se nos fue para jugar en el Villarreal. Como me puse contento cuando mi amigo Carlos tuvo que regalar a su perro enorme porque no le entraba en su departamento. O como cuando mi amigo Pierre me contó que se volvía a vivir a Francia porque consiguió el laburo de su vida.
Me quería poner a escribir una nota para publicar en MORÓN PARA ARMAR, pero no pude y me salió esto.
No va a ser lo mismo ir a hacer prensa al Concejo y que el tipo no esté sentado en su banca. No tengo duda que esa banca va a ser ocupada por cuadrazos políticos. No tengo ni una duda, eh. Pero a él… cómo lo voy a extrañar…
Cómo voy a extrañar al distinto, la puta que lo parió.