Back-up de textos de Germán Navas

Espacio que utilizo para mantener a salvo todo lo que escribo: cuentos, notas periodísticas, poesías, letras de canciones, fórmulas, historietas y recetas de cocina. Seguramente sea mi espacio más íntimo en la Web, por eso te pido discreción.

martes, septiembre 11, 2007

Guardapolvo y Constitución

El día en que se llevó a cabo mi graduación universitaria, un compañero de estudio –que también iba a recibir su ansiado diploma durante aquella cermonia- me preguntó por qué yo había elegido desempeñarme como abogado y también como docente, pues es claramente ostensible lo poco tienen en común dichas profesiones. Y lo que es más aún, qué necesidad tendría yo de dispendiar horas de mi vida dando clase, percibiendo un modesto sueldo de profesor, cuando se supone que la gratificación económica que produce la actividad jurídica trae aparejado un rédito, a toda vista, tanto más generoso.
- Para cambiar el mundo –contesté simplemente.
Y expliqué a esta persona que al mundo, o si se quiere, a la sociedad en su conjunto, no se lo cambia solamente con leyes emanadas del Congreso de la Nación, o de un decreto del Poder Ejecutivo, sino que resulta indispensable para la formación cívica de los ciudadanos, la educación. Opino que el rol docente juega un papel fundamental en el sistema educativo de cualquier civilización, y no sólo debe limitarse a transmitir conocimientos específicos sobre un área en particular, sino que principalmente debe apuntar a formar personas. Y no solamente ello, sino que en rigor de verdad, debe tender a formar buenas personas, transmitiendo los genuinos valores de la cultura, los innegables ideales la democracia y el respeto mutuo. Todo ello, naturalmente, encuadrado dentro de un marco normativo digno, con leyes razonables que sean ajustables armónicamente a la sociedad en su conjunto, sin hacer ningún tipo de discriminación arbitraria en cuanto a su aplicabilidad. Y para que este marco legal sea apropiado a las necesidades de la comunidad, es que estudié derecho. En definitiva, la única receta que propicia mis ideales está dada –hasta el momento- por el Guardapolvo y la Constitución, pues no cabe deuda que al mundo se lo cambia desde el derecho y desde las aulas.
- Gracias -contestó anonadado.
Supongo que debí haber sonado convincente, pues hoy en día, mi compañero de graduación se convirtió en uno de los mejores docentes que he conocido, y en un ser digno de admiración.

3 Comments:

  • At 4:23 p. m., Blogger Morticia said…

    AMEN!

     
  • At 11:44 a. m., Blogger Lalita said…

    lindas aspiraciones las suyas...
    lo felicito!
    salutes!

     
  • At 5:04 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Hola, llegue a este blog pasando de blog en blog, y este articulo me parecio digno de reconocimiento. Estoy totalmente de acuerdo con lo que decis. Yo estoy proxima a graduarme en el area de educacion, y tambien me han preguntado muchas veces por que estudio lo que estudio, y mis respuestas suelen ser similares a las tuyas. Con gente que piensa como nosotros uno se da cuenta de de alguna manera se puede lograr un cambio!
    Saludos

     

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