Brownies

Micaela Flores está sola en su casita de madera, en Ushuaia, preparando brownies. Recientemente su novio la ha dejado por otra.
Fränk Ghottenbreu, en Mainz - Alemania, prepara cuidadosamente sus brownies mientras su corazón le dice que no tendría que haberse ido nunca de casa de sus padres.
Rene Da Silva no puede reponerse del impacto de haber visto con sus propios ojos el cadáver de su abuela tendido sobre un sillón de su departamento de Río de Janeiro. Blasfema al tiempo que prepara muchos, muchos brownies.
Thomas Owen, de Oslo, ha permanecido por más de siete horas cocinando brownies: teme haber rendido mal el último examen de su carrera.
Rosa Beatriz Del Solar, ciudadana peruana, que hasta hace algunas horas podría decirse que tenía trabajo, prepara unos brownies y su llanto no cesa.
Ugthu Mahia’a se encuentra preparando brownies con el hemisferio izquierdo de su cuerpo, pues el derecho no ha podido recuperarse aún de su última parálisis, en Senegal.

Por algún extraño motivo, todas las personas ahogadas en tristeza y desconsuelo preparan brownies… Y yo aquí, tengo los míos.