Ella y él
Un domingo a la hora de la siesta él le dijo que ya no la amaba, entonces ella rompió en llanto.
Al mes siguiente se encontraron en el mismo café donde se habían besado por primera vez, aunque sólo para conversar sobre la vida. Ella no pudo soportar el hecho de imaginar una vida sin él, y se quebró.
En el día de su cumpleaños, él la llamó para saludarla y le pidió llevarse la mascota. Fue el peor cumpleaños de su vida.
“Me hacés mucho daño” –escribió con sangre en la pared de su cuarto el día de la primavera.
Hoy cumplen tres años de matrimonio y ella no puede rehacer su vida sin él. Se vuelven a ver, se reintegran los últimos objetos personales que guardaban uno del otro y reparten las fotografías que sobrevivieron al último álbum familiar. Él le pide el divorcio y ella –coraza de acero- le contesta que sí.
“En qué momento se deslizó mi vida por este túnel...” -piensa mientras toma su pastilla anticonceptiva de las 9 de la noche y siente cómo su alma se desgarra por última vez.
Al mes siguiente se encontraron en el mismo café donde se habían besado por primera vez, aunque sólo para conversar sobre la vida. Ella no pudo soportar el hecho de imaginar una vida sin él, y se quebró.
En el día de su cumpleaños, él la llamó para saludarla y le pidió llevarse la mascota. Fue el peor cumpleaños de su vida.
“Me hacés mucho daño” –escribió con sangre en la pared de su cuarto el día de la primavera.
Hoy cumplen tres años de matrimonio y ella no puede rehacer su vida sin él. Se vuelven a ver, se reintegran los últimos objetos personales que guardaban uno del otro y reparten las fotografías que sobrevivieron al último álbum familiar. Él le pide el divorcio y ella –coraza de acero- le contesta que sí.
“En qué momento se deslizó mi vida por este túnel...” -piensa mientras toma su pastilla anticonceptiva de las 9 de la noche y siente cómo su alma se desgarra por última vez.
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